viernes, 26 de noviembre de 2010

Tattoo

El otro día, charlando con una amiga, me dijo algo que me gusta tanto que lo escribí en un papelito y por un buen rato reflexione acerca del tema. ¿Por qué una persona busca o desea tatuarse? ¿Por qué generarse un daño en la piel, cuando quizás otras personas buscan lo opuesto? La primera idea que puedo asociar a un tatuaje, es una marca, una diferenciación con el otro, pero me surge es otra pregunta ¿no somos todos iguales? muchas  religiones,  muchas ideologías enseñan, al resto que juntos pueden formar una unidad. Osea, vendríamos a ser una manada de gente, con determinadas características en común,  donde la individualidad de cada Ser es su esencia misma, sin necesidad de marcas.
Ahora bien, me realizo un tatuaje del equipo de futbol que me gusta, y resulta cambio de opinión, o de preferencia deportiva, pero tengo el tato de por vida ¿entonces? Otro caso, está de moda las letras Griegas y me hago unas hermosas y llamativas en la espada y al tiempo esa moda cambia, y se impone símbolos Cardinales. Resultante, un cuerpo lleno de marcas.
Todo lo expuesto, lleva a la conclusión de que nuestro pensamiento, nuestra religión nuestro modo de interpretar o sentir una imagen, una frase, un nombre, puede cambiar libremente.
Por consiguiente, no sé si estoy dispuesto a negociar esa libertad, me gusta la idea de ser un grupo, si perfecto, de formar grupos, de cambiar de grupos. Me gusta cantar con mis amigos en grupo, trabajar con otro grupo, o tal vez meditar solo alguna cuestión.
Que el tato lo experimente otro, yo paso.